
UNO PARA TODOS Y TODOS PARA UNO JULIO 2009Una vez escuche a jorge Luis Borges en un reportaje para televisión española, diciendo que la cantidad de libros es infinita, que es imposible que una persona pueda llegar a leer todos. Nada más cierto que eso. Ya se, no es ningún descubrimiento, pero no por eso no deja ser interesantísimo y si lo deja de ser acabaría con mi relato.Bueno ya sabemos, que los libros son infinitos, podemos verlo en la literatura Borgeana. Entonces pregunto, que deberíamos hacer. Que hacemos primero?, claro yo se los pregunto. Que hacemos?. Me hago a un lado y comienzo a buscar los que me gustan. Las posibilidad son muchas, entonces solo voy a leer lo que me guste, lo que me de placer intelectual o como escuche por ahí lo que me ensanche el alma.Entonces el brecho disminuye. Recuerdo otra declaración de don Borges, que si un libro no me da placer en las primeras paginas lo abandone inmediatamente, no baya a ser que lea por obligación. Todo lo forzado no tiene el resultado esperado, creo; o como la poesía según el orden y el armado por más que me refiera a lo mismo no tendré el mismo resultado ejemplo: Borges y sor Juana de la cruz.Les hago una prueba, leamos a Chesterton, Borges, Bioy, Schopenhauer, Papini y más acá a Dolina.Por ejemplo Dolina admite ser el peor lector de todo el barrio, ya que lee barios libros a la vez, pero lo hace a golpe de uña. Cuando esta leyendo uno encara otro y ya no puede dejarlo.La mayoría de los escritores dicen que quieran o no auque no sea explícitamente sus obras son ellos mismos; quizás no para Stevenson, por que a sus obras se las escribían los groummis. Pero también sus obras son los demás.Alejandro Dolina dijo en un reportaje que las obras eran no solo él; sino los lectores, los críticos y aquellos que se acercan a sus obras.Yo voy un poco más allá, las obras son los demás escritores también, son sus musas, sus referentes si se quiere. Así que si leemos a Dolina, leemos a Borges. Si leemos a Borges leemos a Chesterton.Las obras de Dolina tienen mucho de Borges, de Papini, del dante. Sigue su técnica, su motivación y su lectura.Entonces el padre Brown recorre el paraíso de ladrones, de Chesterton, pasa por los siete problemas de don isidro Parodi y se pega una vuelta por las crónicas del ángel gris.Si quieren saber algo sobre los buenos relatos, pregúntenle al padre Brown que algo sabe.